«No olvides la buena reputación corporativa”

En el argot popular se escucha que la construcción de una buena imagen toma varios años, pero la destrucción puede tardar tan sólo un minuto. Un error mínimo puede provocar que todo el respeto que se exteriorizaba a la comunidad se desvanezca rápidamente.
Tal como sucede con las relaciones interpersonales, en el mundo de los negocios las empresas también trabajan arduamente para generar confianza en los clientes, buena reputación en el mercado, respeto de la competencia, entre otros.
La consigna es clara: Una buena reputación corporativa conllevará a extender la red de clientes con un incremento de la productividad, que consecuentemente provocará mayores ganancias económicas.
La gestión empresarial de Jaime Esparza Rhénals es el vivo prototipo de una intachable reputación. Desde que fundó su empresa en 1995 se ha capacitado año tras año para conocer a la perfección todos los pormenores de su campo de negocio.
Con la experiencia y el conocimiento adquirido, Jaime Esparza se preocupó por prestar un buen servicio que permeara positivamente en la sociedad y que paulatinamente le permitiera aumentar su número de clientes.
Ya teniendo un reconocimiento positivo a nivel externo, se enfocó en su planta de trabajadores a través de buenas condiciones laborales y estabilidad financiera para cada una de sus familias. Fue así que desarrolló un modelo exitoso de negocio que ha servido de inspiración para decenas de emprendedores colombianos.
Estos son algunos elementos que se deben tener claros para edificar una reputación empresarial envidiable como la llevada a cabo por Jaime Esparza Rhénals:
En primer lugar, se debe demostrar que la organización está guiada con buenos directivos que ostentan una amplia experiencia en el sector y que han tenido buenos resultados en proyectos anteriores.
Contrastando el punto anterior, la compañía tiene que demostrar liderazgo en la sociedad gracias a su factor diferenciador basado en el uso de nuevas tecnologías, manejo de crisis, creatividad para solucionar problemas, etcétera.
Conjuntamente, es imprescindible conjugar el buen servicio hacia los clientes con la armonía al interior de la organización. Este último se ve representado con horarios apropiados para los trabajadores, clima laboral agradable y buenos salarios.
Finalmente se debe puntualizar en la calidad del producto o servicio prestado, puesto que así se fortalece un vínculo de confianza con los clientes y deja la puerta abierta para ampliar la red de contactos.
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