En su última publicación para la revista Dinero, el columnista Gustavo Rivero aseveró que el ‘orgullo negativo’ es una característica que jamás debe estar presente en un verdadero líder.

Este tipo de orgullo refleja una simbiosis con el ego en el que el sentimiento de superioridad y el trato despectivo hacia los demás está siempre presente.

Para Rivero, la persona que es presumida, arrogante, egoísta, soberbia y desagradecida, nunca podrá ser rotulada bajo la definición de liderazgo.

Dejando de lado esta acepción, sobresale el tipo ideal de líder guiado por el ‘orgullo positivo’, basado en los buenos valores y el trato afable y humano con todos los que lo rodean.

Jaime Esparza Rhénals es uno de los personajes que es conveniente exteriorizar de esta categoría, ya que en el trasegar de su carrera empresarial se ha convertido en un paradigma porque es un colombiano exitoso que se ha hecho a pulso con bastante trabajo.

El ‘orgullo positivo’ es la sensación de placer y felicidad que siente un individuo cuando ha logrado una meta después de bastante esfuerzo y dedicación.

Jaime Esparza comenzó vendiendo chance en las calles y con el pasar de los años ahorró un dinero que le sirvió para montar su compañía que al sol de hoy es un gran emporio económico, ejemplo para todos los emprendedores.

Adicionalmente, el ‘orgullo positivo’ también es visto como la estima que tiene una persona de sí mismo al reconocer su trabajo dentro de un cuadro de buenos valores y costumbres como la honestidad, el respeto y la humildad.

Jaime Esparza a lo largo de su vida ha tenido una conducta intachable tanto de empleado como líder.

Cuando apenas rondaba la etapa de la juventud, era un joven comprometido y honesto con las personas que le dieron la oportunidad de laborar, y a medida que fue creciendo, terminó de formarse como ser humano al ser respetuoso con todos los individuos sin importar su condición socioeconómica, colaborador con las causas sociales, responsable con el manejo de su organización, entre otros.